Para los que trabajan en nuestro sector, las frikadas que pueden sorprender son muchas pero esta nos ha llamado la atención.
Hay miles de pendrives escondidos en paredes, piedras, palos y lugares extraños con datos que cualquiera puede conectar a sus dispositivos e intercambiar datos sin ningún ánimo de lucro con desconocidos.
A esto se le llama “Dead drops” y la idea es de Aram Bartholl, un artista que buscaba una manera de crear una red P2P sin usar internet.
La aplicación de los pens no tiene mucho sentido si no se publica su colocación en la Web oficial deaddrops.com
¿Que piensan las autoridades?
No pueden intervenir dado que no se considera una infracción, siempre que no se plante el USB en un monumento o bien de la humanidad, dado que no vulnera la ley de descargas.
La Mobile App
que todos se pueden descargar desde Apple Store permite localizar los Pen cercanos y muestra su foto para poder encontrarlo fácilmente.
Para los que no se le da bien el bricolaje
hay una lista de pasos que se recomienda seguir en el momento de inserta un pendrive e incluso un video que aquí pueden ver.
La parte negativa
Son las unidades USB con código malicioso. “Las ‘dead drops’ pueden usarse indebidamente en beneficio del software malicioso”, advierte su creador.
Es, dice, parte del juego.
Es inevitable compararlas
con una de las iniciativas que ciudadanos de Palma de Mallorca, Nueva york y Londres que decidieron de forma voluntaria montar librerías en cabinas telefónicas u otros zonas inutilizadas con el mensaje “Coge uno, deja otro”.